El Ministerio del Interior ha renunciado finalmente a que la nueva normativa de la Guardia Civil sobre uniformidad prohíba que los agentes puedan lucir tatuajes en cabeza, cuello y manos. La decisión se adopta a pesar de contar el proyecto con el aval del Consejo de Estado, que veía «prudente» dar un año para eliminarlos al considerar necesario resguardar el servicio que se presta al ciudadano.
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